Miraré por dentro para encontrarme de nuevo... para topar con mi memoria y descansar entre los recuerdos.
La distancia me enseñará a observar desde adentro, a buscar en mis silencios para encontrar lo que más quiero.. entre tierra, mar y cielo..
Hablaré con mis pensamientos, escuchando cuando mis labios hablen al viento.
Sentiré los ojos ensombrecer al apreciar el fin, envolviendo soledades en oscuridades.
Soñaré que es un sueño.. vaciaré las manos de necedades, retomaré la vida desde la herida sin reservas ni mentiras, encontraré mi ausencia desayunando mañanas con retiros cubiertos de osadías.
Comenzaré desde el punto de partida.
Vislumbraré el caprichoso destino, veleta que nadie escapa aún retando corrientes con aires de rebeldía
Afrontaré el destino... aquel que siempre ha ido conmigo!!
(05 de julio de 2010)
Una forma sutil de auto reflexionar y de expresarlo, ir hacia uno mismo, llegar a uno mismo, de una buena vez y por fin, es el principio de todo, renunciar a uno mismo es llegar a uno mismo, jornada homérica si las hay en todo lo que es el existir... Afrontaré el destino... aquel que siempre ha ido conmigo!!(vas diciendo por allí)
ResponderEliminarCavilando en ese pensar estoy, nunca damos real importancia a mirar, intuir, analizar ese destino interior, que es en definitiva nosotros mismos en su plenitud, y somos a veces casi irreales ante el todo exterior, claro nunca somos libres como siempre sostengo, para vivir hay que existir, y para existir hay que ser algo histriónicos, creo a pesar de todo que se puede ser libres, con esa esencia fantástica que es el espíritu. Tienes una dulzura y un intelecto muy especial para decir las cosas, de hecho quedan hermosos sentimientos. Abrazos. jorge
Jorge, aún pareciendo hermoso no es más que la visión de quien mira en la profundidad de su interior, lo que las palabras nunca alcanzan a expresar, lo transmite el alma si es así como se llama, inexplicable sentido que hace sentir al sinsentido, si éso es el alma es ella quien por mi habla.. pretendiendo comprender la insignificancia de su plenitud que nos abarca, existiendo a través de sentimientos reales jamás admirados.
ResponderEliminarUn abrazo Jorge.